La vista gorda by Jeffrey Archer

La vista gorda by Jeffrey Archer

autor:Jeffrey Archer [Archer, Jeffrey]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2022-10-28T00:00:00+00:00


* * *

William soltó el bolígrafo cuando acabó de escribir la última anotación del registro. Encendió la radio y escuchó el boletín de las siete.

El juicio de Rashidi por narcotráfico seguía siendo la principal noticia y el único dato nuevo era que el juez dictaría sentencia a la mañana siguiente.

Dos años era la condena máxima que un juez podía imponer por tenencia, le había recordado su padre por teléfono esa tarde.

—Cosa que significa que se va prácticamente de rositas —dijo William—. Y teniendo en cuenta que ya ha cumplido más de seis meses, lo soltarán en cuestión de semanas y nosotros todavía no sabemos dónde tiene el nuevo centro de operaciones.

—Estoy seguro de que te llevará directo al sitio el mismo día que salga de la cárcel —opinó el Halcón.

William pensó en Lamont, que era tan culpable como Rashidi, puesto que había trabajado mano a mano con Booth Watson para sacarlo de la cárcel. Pero uno de los comentarios preferidos del exsuperintendente había sido «Ser delincuente paga, chaval», y William no dudaba que Lamont ganaba mucho más como lacayo de Booth Watson de lo que había ganado en la Metropolitana.

Casi oía a Beth preguntarle una vez más si había llegado el momento de pensar en dejar la Policía, pero aún no se le había ocurrido una contestación convincente.

Cuando se encendió una luz en el tercero, William intentó concentrarse. Tras cinco noches de vigilancia, más o menos había averiguado la disposición del apartamento de Summers. Nicky debía de estar en la cocina, preparando la cena.

Después de las noticias pusieron la radionovela The Archers. Si seguía así durante mucho tiempo, acabaría enganchándose. Escuchaba el programa File on four, donde debatían la eliminación de los pares hereditarios de la Cámara de los Lores, cuando vio a Summers entrar en el edificio. Al cabo de unos instantes, los vio abrazarse antes de que Nicky corriera la cortina. A William le habría encantado escuchar la conversación.

El Halcón había pedido una orden para colocar micrófonos en el apartamento, pero el adjunto del comisario de Operaciones Especiales se la había denegado por no ser suficientemente específica. Le había sugerido que aportasen pruebas más convincentes que corroborasen las alegaciones antes de volver a abordar el tema. Refirió al comandante a la Ley de Intercepción de Comunicaciones de 1985.

La solicitud de pincharle el teléfono a Summers tampoco había tenido éxito. Gran Bretaña no era un Estado policial, le había recordado el comisario al Halcón. William estaba de acuerdo, pero eso le dificultaba mucho el trabajo.



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